Cuando hay más crítica en el ambiente de aprendizaje, peor aprendemos todos. Esto se aplica tanto al aprendizaje social como al académico.
Jesper Juul.
Este pensamiento de Jesper Juul destaca la importancia de una atmósfera positiva y de apoyo para el desarrollo y aprendizaje humanos. Nos invita a reflexionar sobre cómo los entornos, ya sean en la escuela o en casa, influyen directamente en nuestra capacidad para aprender y crecer.
Imagínate en una clase donde te sientes respaldado, donde cada pregunta es bienvenida y cada error, una oportunidad de aprendizaje. Contrasta esto con un espacio lleno de críticas, donde el temor al error paraliza. La diferencia es clara: en un ambiente positivo, florecemos.
Este principio se extiende al hogar. Un entorno familiar donde se alienta el intento y se guía el error con amor y paciencia construye la confianza y la seguridad para explorar, aprender y asumir retos.
Por ello, crear espacios que promuevan la confianza, el respeto mutuo y la aceptación se convierte en una tarea esencial para padres y educadores. Esto no solo nutre el aprendizaje sino que también fomenta la autoestima y el bienestar emocional, preparando a nuestros niños no solo para el éxito académico, sino para la vida misma.
Equilibrar el cuidado de uno mismo con las responsabilidades de ser padre o madre es vital. Reconocer nuestras necesidades y atenderlas nos permite estar más presentes y disponibles emocionalmente para nuestros hijos. Es un acto de amor propio y de amor hacia ellos, demostrando que es posible y saludable atender ambos aspectos de nuestra vida.
Este enfoque humanizado y lleno de corazón hacia la educación y la crianza, basado en la empatía y el respeto mutuo, es esencial. Nos recuerda que, más allá de transmitir conocimientos, nuestro rol como guías incluye modelar cómo vivir en armonía con uno mismo y con los demás, cómo enfrentar los desafíos con valentía y cómo transformar los errores en lecciones valiosas.
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